CHINA I, ‘piedrecita, especialmente las redondeadas y las empleadas para juegos y cálculos’, parece ser vocablo del lenguaje infantil, pero su modo de formación no está claro.

1.ª doc.: Nebr., «china, pedrezica: scrupulus, lapillus», «china para contar: calculus».

Con posterioridad se halla en Fonseca, Vida de Cristo (1596), en Góngora, en Pérez de Hita (1604)1, en Oudin (1607), en Covarr. (1611), etc.; Cej. VIII, § 40. Es voz ajena en general a los romances vecinos, aunque se halla en algunas hablas portuguesas limítrofes: Mogadouro (SE. de Tras os Montes: china ‘piedrecita o pedazo de loza sobre los cuales se devana un ovillo’, RL V, 39), Santa Margarida (Beira: china «areia grossa que se desagrega do granito», RL II, 247), Alandroal (Este del Alentejo: xina «calhau rolado», RL IV, 77), trasm. chino «pedrinha pequenita para o mesmo fim que a china; a que serve para chinar as paredes [tapar agujeros] ou para marcar o tiro no jogo da barra» (RL V, 39), «marco dos campos», «jôgo popular, espécie de fito» (Fig.).

Estas definiciones comprueban el uso de las chinas en juegos infantiles, y lo confirma el hecho de que a los huevos de los pájaros pequeños hallados en los nidos se les llame en Cespedosa chinas (RFE XV, 275), pues también estos huevos se emplean en juegos infantiles, y en Cataluña se les da el nombre de pedres; del mismo uso viene luego el empleo de las chinas para cálculos, ya documentado en Nebr. y en Covarr.2, y de ahí el portugués chulesco china ‘dinero’ (Moraes) y el vasco vizc. txin íd., perteneciente al lenguaje infantil (Azkue). Todo eso está muy de acuerdo con la opinión de Sainéan (BhZRPh. X, 105), de que china significó primeramente ‘bolita o pequeño disco de piedra o metal empleado para juegos’, como ocurrió con el cat. palet ‘guijarro, china’, propiamente ‘palito’, y equivalente del fr. palet que designa precisamente estos discos. Ahora bien, Sainéan llega a la conclusión de que en última instancia china sería lo mismo que chino ‘cerdo, cochino’, voz popular empleada en muchas partes (p. ej. en Almería; gall. chin íd.), y procedente del llamamiento ¡chin, chin!, que popularmente se emplea para hacer acudir a estos animales; compara Sainéan con el fr. cochonnet ‘bolita que sirve de meta’ (Rabelais I, 22), loren. gourret íd. (propiamente ‘gorrino, lechón’), Berry galine íd. y ‘hembra del cerdo’, alem. Sau haben ‘tener suerte’. Para confirmar esta idea haría falta hallar la misma comparación de estas piedrecitas con cochinillos en otros idiomas y documentar el uso de chino ‘cerdo’ desde el S. XV.

Quizá la idea de Sainéan no sea enteramente atinada, pues se podrían imaginar otras explicaciones: quizá en juegos infantiles se haya ido diciendo chin, chin, chin... a medida que se iban poniendo piedrecitas como señal o para cálculo. Sea como quiera, es probable que china sea creación del lenguaje de los niños. Comp. CHITA.

DERIV.

Chinar ‘embutir con chinas los revoques de mampostería’. Chinarro ‘piedra algo mayor que una china’ [h. 1700, Lobo: Aut.], comp. cinarra arag. ‘nieve menuda en forma de gragea’ (Acad., falta aún 1899). Chinata; chinateado. Chinazo. Enchinar, enchinarrar.

1 «Fué sentido el ruydo de los Moros como yvan marchando, y algunas chinas rodavan y se davan unas con otras», ed. Blanchard II, 327.―

2 «Echa china, se dixo de cierto modo de contar las vezes que uno bebía, echándole a cada vez una china en algún vaso o lugar señalado.»